Logo de Radio Progreso

Mayor Gómez: “quiero vivir muchos años, estar junto a mi familia…”

Sentado sobre su carrito de madera, Mayor Gómez disfruta la compañía de sus hijas y nietos. Un frondoso árbol de uva silvestre decora la escena familiar. Su humilde casa se ubica en la parte alta de la colonia Jerusalén en Puerto Lempira, cerca del orfanato de Mamá Tara, donde muchos niños y niñas – en su mayoría hijos de buzos muertos - han encontrado un hogar.

En 1995, Mayor tenía 30 años de edad y su compañera de hogar estaba a punto de parir su quinta y última hija. Vivían del trabajo que él realizaba bajo el mar desde hace más de 10 años. Un mes antes de nacer su pequeña, sucedió lo que tanto temía.

Antes de su accidente veía como sus compañeros iban quedando con discapacidades. “Los miraba llorar y sentía que eso pronto me podría pasar. Me pasó y fue más difícil de lo que pensaba”, expresó.

Miskitos en balsa

Los primeros meses después del accidente fueron difíciles de asimilar. Su niña estaba de brazos, y su compañera tuvo que salir a buscar trabajo lavando ropa o limpiando casas. Él permanecía postrado en la cama junto a la bebé.

Relata que los pensamientos de un buzo bajo esas circunstancias son de muerte. Intentó quitarse la vida cortándose las venas con un cuchillo e ingiriendo grandes cantidades de medicamentos. No lo logró, pero su frustración cada día aumentaba.

Los meses pasaron y las noticias de que otros buzos lisiados se habían suicidado lo volvían loco. Sin embargo, el compartir la cama con su pequeña hizo que poco a poco se fuera enamorando de la vida que apenas comenzaba.

Personas en lancha camino a la mosquitia

25 años después, su apariencia física ha cambiado por completo. La alegría de su familia y la fe son su soporte. Sentado sobre su carrito (silla de rueda artesanal), se ve musculoso, como un hombre que pasara en el gimnasio varias horas al día.

Con risa cuenta que todas las mañanas recorre un aproximado de 10 kilómetros, porque se dedica hacer mandados de su casa y de otros vecinos. “Soy rápido con mi troquito”, expresó retando a los periodistas de Radio Progreso hacer una competencia.

Personas en lancha camino a la mosquitia

La Asociación de Buzos Lisiados a través de una donación de iglesias evangélicas en Estados Unidos, logró conseguir unas 100 sillas de ruedas, que contribuyen a la movilidad de los miskitos, y a que estos, se ganen la vida acarreando productos en la zona de los mercados.

En la actualidad Mayor asegura que quiere vivir muchos años. Quiere ver crecer a sus nietos para disfrutarlos como cada tarde en el patio de su casa. Los aconseja que estudien, que se dediquen a otros oficios lejos del mar.

Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa Miskitos en balsa